Cuesta dar el primer paso. Es difícil pero a la vez liberador.
Hay que armarse de valor para comunicar a la persona que hasta ahora ha sido,se supone, tú compañero de vida, que ya no quieres continuar. No lo entiende . Para mí sorpresa, su respuesta fue como todo en su vida..conformarse.
Comunicar a tus hijos que has decidido poner punto y final a esto, que para ellos es su familia.
Comunicar a tu familia, a tus padres y a tu círculo de amistades, que ha llegado el final de esa relación.
No todo el mundo lo entiende. Tantos años guardando las apariencias...
Pero qué ha sucedido? Os veíamos tan bien... No hay posibilidad de que volváis? ... seguramente esto solo sea un bache... todas las parejas lo tienen.
No, no es un bache. Es mi decisión y por mucho o poco que cueste creerlo, no quiero dar vuelta atrás. Estoy decidida a darlo.
No importa lo que otros piensen. Se que es lo mejor para mi y mis hijos y eso es lo que realmente me importa. El bienestar de mis hijos y el mío propio
Pese a todo pronóstico, mis hijos lo han entendido. No han preguntado el motivo. Creo que en cierto modo, ellos también está cansados de esta situación. Cansados de ver cómo papá y mamá ya no se entienden, discuten continuamente y no hay relación entre ellos.
Mi hijo mayor, con 16 años, me apoya incondicionalmente. Quiere profundamente a su padre, pero entiende que estando separados, estaremos todos mejor. En cierta ocasión llegó a decirme antes de habérmelo incluso planteado... mamá por qué no te separas de papá? Por qué permites que sea tan celoso y tan posesivo y no te deja tener tú espacio? Fue en ese momento cuando mi cabeza hizo click y comencé a pensar en ello.
Mi hijo pequeño de 10 años, no hace preguntas. De cierta manera ha entendido que es la decisión que ha tomado mamá y su única preocupación es no volver a ver a sus amigos del bloque.
Puedo parecer egoísta anteponiendo mis sentimientos a los de mis hijos. Puede parecerlo, lo sé. Pero llevo tantos años anteponiendo el bienestar de todos al mío propio,que más egoísta para mí sería seguir así y no luchar por lo que realmente quiero.
De ninguna manera quiero que mis hijos se desvinculen de su padre. No, eso nunca. Ese amor debe permanecer intacto. Seguirán unidos como siempre, pero no conviviendo bajo el mismo techo, al menos como hasta ahora.
Mi madre, me escucha a medias. Hay momentos en los que me vengo abajo y lloro intentándo explicar mis sentimientos, pero ella se limita a cambiar la conversación. Es como si no quisiera asimilar que su hija ha decidido romper con el "Nos casamos en lo bueno y en malo, en la salud y en la enfermedad". Puedo llegar a entenderla. Ella misma ha sido mujer sumisa durante toda su vida y no concibe otra cosa que no sea eso. Aguantar pese y ante a todo.
A mí padre ni siquiera se lo he llegado a comentar. Demasiado tiene encima con su maldita enfermedad como para llenarle su cabecita de información que no recordará en un par de horas.
Dicho esto, me despido de vosotros hasta la siguiente entrada

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